domingo, 29 de noviembre de 2015

Primer domingo de adviento

  Estamos en un mundo, en el mundo, en nuestro mundo...Este nuestro mundo con poca compasión...Vemos tanta crueldad de parte de los llamados seres humanos....Guerras, muertes, personas que recién están en este mundo y ya sufren la agresión...Estoy triste, sí, lo estoy....

    Quiero dedicar esta entrada a todos nuestros hermanos que sufren la agresión, la guerra, la soberbia de otros... 

    Niños inocentes, niños a quienes sus padres los trajeron con amor, ahora yacen muertos...Muertos por la crueldad humana.
Hagamos paz, oremos por nuestros hermanos, por nosotros, por nuestro mundo...
No soporto ver tanta crueldad, en general en el mundo...y si somos humanos, sé que ustedes tampoco lo soportan...
   
   De acuerdo a nuestro credo que profesamos ayudemos con lo que podamos a nuestro prójimo, a nuestros hermanos. Que cesen ya las guerras.

    Pensemos en la paz mundial, pensemos en la paz, atraigamos la paz....Que cese la guerra. Que cese la avaricia, la codicia, la envidia....No dejemos un mundo desolado a nuestra descendencia. Dejemos lo mejor de nosotros...

    Deseo que haya paz en el mundo, deseo y se que ustedes lo desean, Atraigamos paz...

   Cuando adolescente que estudié las guerras mundiales en el colegio, lo veía un pasado. Sabía que en mi presente había maldad en el mundo, Pero, sentía la guerra casi extinguida,...Sin embargo, sigue, y no para...

   Demos lo mejor de nosotros a este nuestro mundo con lo que podamos entregar...Ustedes y yo sabemos lo que somos capaces de entregar: amor, amor a nuestro prójimo, a nuestra naturaleza (animales, plantas...). Todo rebota, demos amor...

   Este primer domingo de adviento (para los que somos católicos) regalemos a Jesús, regalémoslo  a nuestro prójimo. Que en nuestra Navidad esté el verdadero espíritu de Jesús, mediante nuestras acciones....y para los que profesan otro credo, igual, cada cual regale lo mejor de cada uno....Basta con el consumismo en esta etapa de Navidad...El consumismo que consumirá a nuestro mundo junto con nosotros.

domingo, 8 de noviembre de 2015



 El día que no estaba...

    Las clases de siempre, alumnos a estar en silencio, sentados y tranquilos, boca cerrada. Ah pero tenían derecho a hablar cuando la profesora lo pedía...
Mmmm, qué escuela es esta? Una escuela tradicional. Por supuesto, esas eran las normas explícitas, y por supuesto también que era algo ideal para los profesores. Niños de primaria cumpliendo esas norma? Imposible...Bueno, lo viví, como todo estudiante de primaria....Niños tranquilos boca cerrada? Mmmm...Los profesores tenían que "maniobrar" para ello...El hecho que se trataba de mantener la tranquilidad en el aula...Es decir, la profesora trataba....

    Una sola profesora enseñaba a toda un aula de educación primaria, todos los cursos, a excepción del curso de religión y educación física...Y hay mucho que contar de las vivencias en esta aula y fuera de ella, dentro de la escuela primaria....Pero, esta narración se trata del día que no estaba. ¿Quién no estaba? - se preguntarán...Pues la principal "motivadora" en un aula de clase: la profesora de la clase...

    Esos pocos días que no estaba la profesora en el aula, por enfermedad o por algún motivo que pedía permiso, era mi día de clase "maravilloso"....No, yo no era de las alumnas que no les gustase estudiar, al contrario, siempre gusté de estudiar, de aprender, Pero ¿qué ocurría entonces?. Esos pocos días, como les dije, en que no estaba la profesora, el director de la escuela, llegaba a nuestra aula de clase y nos decía:

- "Buenos días niños, cómo están ustedes, veo que han venido listos para aprender, con toda la energía necesaria, verdad?
- "Siiiiiiiiiiiiiiiii", respondíamos nosotros y como la mayoría de los niños, estábamos muy atentos ante tan carismático director.

   Recuerdo al director de mi escuela primaria, como un señor caballero, que atendía con gentileza a los niños, que nos sonreía fácilmente y nos hacía bromas para niños, bromas blandas y que nos hacía reír...No recuerdo qué bromas, pero recuerdo que sonreíamos juntos todos con sus bromas....

- Niños, hoy día su profesora no ha podido venir porque está un poco delicada de salud, así que hoy haremos algo diferente para seguir aprendiendo....Niña Alice (que era la brigadier del salón) y niño Leo, acompáñenme a mi oficina....

- Los niños Alice y Leo, rápidamente se acercaban al director y juntos salían del aula y ya iban conversando con él.

    Yo ya sabía que traerían, me alegraba y guardaba ya todo lo que había puesto en mi carpeta, Ya no lo iba a necesitar. Es decir, guardaba mi lápiz, mi borrador y mi cuaderno que ya lo había tenido abierto: listo para el dictado o copiar lo que escribiese la profesora (como explicación de su clase). La espera era como de 10 minutos, Mientras tanto, claro, aula de niños,....Ya lo estarán imaginando no?
Sí, niños esperando tranquilos, sentados, conversando despacio en sus carpetas.....Ja, ja...
Se que esto no se habrán imaginado....¿verdad?....
Es broma, pues la realidad normal es que los niños ni bien se iba el director "saltaban" de sus carpetas, corrían por toda el aula, entre grupos de niños jugaban, se golpeaban, se tiraban cosas (de sus útiles escolares, o la mota (borrador) de la pizarra verde de clase y más...Ese era el panorama del salón de clase mientras llegaba de regreso el director..

    Ni bien ya veían al director en la puerta, los niños corrían a sentarse a su carpeta...
Se habrán dado cuenta que no me incluyo cuando menciono: "los niños..." Ja, ja, pues yo era de las niñas tranquilas que se quedan sentadas en el aula (de las excepciones de niños en mi aula de clase de ese entonces...)

- Niña Alice, reparte los libros de toda esta fila de niños y tú Leo reparte los libros de esta otra fila de niños, un libro por cada dos niños - el director les indicaba a Alice y Leo a qué fila de niños tenía que repartir los libros cada uno de ellos 

    Feliz yo que ya llegaba el libro a mis manos...Era un libro pesado, grande, con su portada muy vistosa, de colores llamativos y que decía con letras grandes: ENCICLOPEDIA DE CIENCIAS NATURALES - TOMO 1, También podía decir TOMO 2 o TOMO 3..Es decir, a dos niños les tocaba al azar ya sea el tomo 1, 2 o 3.

     El hecho que comenzaba a ver primero las figuras, las fotos que había allí y procedía luego a leer. Qué fascinante sentía aprender sobre la naturaleza, La enciclopedia trataba sobre los tipos de animales, describía a cada uno de ellos meticulosamente; también trataba de las plantas. Todo ello eran tratados nuevos para mí. En la clase nunca me habían mencionado algo siquiera de lo que decían esos maravillosos libros.

  Me quedaba absorta leyendo el libro, No recuerdo la reacción de mi compañero con quien me tocaba compartir el libro para leer. Sólo recuerdo que aprendía mucho con ese libro y los temas de qué trataba -como ya he mencionado- y  que quería que fuese mío el libro....Nunca en clase me sentía tan apasionada por aprender como cuando tenía ese libro en mis manos...

  El día que no estaba la profesora, pues ese día, ese día aprendía mucho, mucho más y con alegría, con mucho entusiasmo.

(De mis vivencias personales, los nombres aludidos han sido cambiados)


Reflexión:

¿Qué faltó en clase? Algo de hecho faltó en clase. Eran clases que no provocaban la entrega de los niños a la curiosidad, a querer aprender...

Claro, que no puedo generalizar, no todos los niños  se entusiasmaban por tener ese libro: No puedo decir sí eran unos pocos o varios o quizá sólo yo ....  Pero sí puedo afirmar  que no se entusiasmaban por escuchar la clase de cada mañana...

A veces en la escuela, se deja de ver los talentos de los niños, se los encasilla en un mundo incomprensible para ellos. Y no se les hace aprender haciendo...

Felizmente, sí, existen escuelas donde se está mejorando o se ha mejorado y se enseña de la mejor manera a los niños, en particular.

Para los que son profesores, de cualquier nivel, hoy saben la importancia de la forma de enseñar y se que en mi país mejorará la educación.






viernes, 6 de noviembre de 2015

Hablando de vivencias hermosas en la vida, especialmente en la vida de un niño



     Tenía aproximadamente 10 años, vivía en una casa sencilla, pero con naturaleza en su interior. Sí, tenía un jardín grande dentro de mi casa en cuyo centro resplandecía un gran árbol, muy grande y yo 
como niño, quizá lo veía mucho más grande de lo que era...

     No le había dado importancia a este árbol y quizá no lo haya recordado ahora que "soy grande" si no es que por una casualidad llegué a su "cima"....
Una mañana mi mamá me reñía por una travesurilla que había cometido: travesura de niño, Pero yo por "huir" de la reñida, que realmente era una tremenda riña, ja, ja....fui corriendo al patio de mi casa y como quería refugiarme en algo, vislumbré el árbol. Ese árbol lleno de frutos, que se parecían a la fruta papaya actual de Lima, pero yo siempre la veía como una fruta con forma rara...Sería rara, no sé exactamente. Eso lo veía en mi niñez. El hecho que me alegré mucho de tener ese árbol en mi patio. 

- "Síiiiiiiiiiiii, en estas copas de este árbol, me esconderé..."

   Así que con mi habilidad que tenía, ya estuve en la copa del árbol. Jubiloso yo, me sentía dueño del mundo. Nunca me había sentido así, pero ese día sentí lo que es ser dueño de algo...Ja, ja. Era dueño 


   Me quedé sentado en una de sus ramas y siento unos chillidos suaves, pero que me gustaron.

-¿Qué será? Es tan bonito esos ruiditos...Ah ya, síiiiiiiiiii pajaritosssssssssss!



    Me acerqué sigilosamente hacia donde estaban los pajaritos y vi unas pequeñas como larvas, ja ja..
Eran unos pichones de pajarito.  Eran tres pajaritos bebé, que todavía no veían el mundo....Me quedé contemplándolos y sonriendo feliz, Me sentí feliz de haber hallado estos animalitos....
- Deben tener hambre, pues me abren tan pero tan grande su pico....- me dije.
Entonces bajé, muy despacito del árbol, escarbé en la tierra, y encontré lo que quería... Rápidamente los tomé en mi mano y ya tenía para darles a mis pajaritos sus gusanitos...
- Ah...dos gusanitos para cada uno de ellos, ja, ja

    Tal cual bajé del árbol, subí nuevamente a la copa del árbol, muy despacito y hallé a mis pajaritos con su pico listo para degustar su plato preferido: gusanitos frescos...Procedí a darles uno por uno sus gusanitos, Sí, verlos a los pajaritos deglutando tán rápidamente y a la vez atorándose con su comida era fascinante. Me quedé contemplándolos. Me pareció un tiempo en que mi sonrisa se quedó congelada...Creo que fue un momento tan mágico... Una vez que terminaron de comer...Me quedé contemplándolos...Ya no pillaban, se quedaron quietísimos....Sus ojos pues todos cerrados y grandes.

   A partir de allí, comencé a seguir la vida de mis pajaritos....
Cada día que regresaba del colegio (escuela primaria) dejaba mi mochila y corría al árbol que era mi árbol mágico...Subía hasta su copa y veía a mis pajaritos. Ellos desde ya me esperaban con su pico todo abierto...Yo primero, me cercioraba que estuviesen allí y bajaba nuevamente a buscar su alimento de mis pajaritos. Escarbaba la tierra con mis manos y no tenía que hacer mucho escarbo y ya tenía la comida fresca para mis pajaritos.

- Dos para cada uno - me decía

   Así que con mis seis gusanos en mano, subía raudamente hacia mis pequeños. 

- Ya llego mis pequeños, ya llego - decía.

  Es así que llegaba hacia ellos y rápidamente les ponía en su pico uno por uno los gusanos...Me quedaba contemplándolos, los veía atorarse...Cada alimentada, se atoraban, pero al final lo pasaban todo.... Se quedaban silenciosos y quietos...

   Yo, muy alegre, los contemplaba por un tiempo mágico para mí y bajaba del árbol muy satisfecho. 
- Qué lindo es alimentar a mis pajaritos - me decía...

   Claro, que en el día, veía a la mamá pajarita llegar a alimentar a sus pajaritos. Pero ellos ya habían sido primero alimentados por mi temprano. Eso me causaba tanta alegría, el sentirme también que ayudaba a mamá pajarita con los bebés pajaritos en su alimentación...



   Así pasaron los días, alimentando a mis pajaritos y ya los veía muy gorditos, hasta que ocurrió otra cosa más mágica todavía para mi....

- ¡Abrieron sus ojos! Abrieron sus ojos!, síiiiiiiiiiiiiiiiiiii - Estaba en la copa del árbol y vi como me miraban. No me atrevía a acariciarlos porque no quería que se vayan a asustar, pero sí veía como me miraban, sin temor y parecían sonreirme.... Así, ya desde aquel momento los alimentaba y ellos mirándome a los ojos.



   No pasó mucho tiempo hasta que una tarde, regresando de mi colegio, fui a ver mi árbol y estaban parados en una de las ramas de mi árbol mágico junto con su mamá. Ellos me miraron muy tranquilos y seguían cantando...Ese canto tan suave, que sentía que me saludaban...



   Esa tarde ya no subí a mi árbol, sólo disfrutaba viendo a mis pajaritos tan gorditos y alegres. Estaban creciendo y todos sanitos, ja, ja... Pues, pensaba que si subía podía mover la rama y ellos caer. Me parecía que todavía no sabían volar, así que mejor era no arriesgar....Ya cuando veía que habían entrado nuevamente a su nido, allí iba con 6 gusanos en mano a alimentarlos...Ellos seguían recibiendo su alimento con su pico todo abierto....

   No recuerdo que tanto tiempo pasó, y una tarde, escuché que cantaban mis pajaritos, 
- Ese canto tan suave tiene que ser de mis pajaritos.
   Entré a mi patio y vi como emprendieron el vuelo con mamá pajarito.
   Feliz yo los despedí y les grité:



-!! !Vengan a visitarme, acá siempre habrá gusanos para ustedes!!!

  Sabía que se habían despedido de mí! ...Y aunque ya no regresaron a mi árbol mágico, se quedaron conmigo para siempre en mi memoria y en mi corazón!

  Así fue mi niñez, jugando y disfrutando la naturaleza. Fue una etapa de mi vida que recuerdo y se ha quedado fija en el aire y siempre recordaré a mi árbol mágico con mis pajaritos y mamá pajarita.


(Esta historia, adaptada a ser leída, fue la vivencia de parte de la niñez de un gran amigo y quería que sea publicada su historia )


Moraleja: La naturaleza nos da vida, nos da alegría... Y las vivencias que han marcado nuestra infancia de alegría,  nos hace sonreír de corazón y las llevamos tras de nosotros para nuestro regocijo y el de los demás.

...Y ustedes amigos qué tantas historias en su niñez tienen para contar?, de hecho que muchas, compartan también...Esas vivencias de la niñez mágicas, que nos marcan  y nos sigue haciendo sonreír..